En estos días se cumplió un año de gestión de la actual CGI (Comisión Gremial Interna). Ya con la mitad de su mandato cumplido, es un buen momento para pensar cómo estamos los trabajadores. O lo que es lo mismo: para pensar cómo revertir todo lo que retrocedimos.
Hay un hecho que marca a fuego todo lo que sucedió recientemente en el Banco: el traspaso de los depósitos judiciales al Banco Nación. Aprobada la ley, lo que sucedió es exactamente lo que anticipamos desde la Lista 10. Esto es: que dicha medida, impulsada por el kirchnerismo en el Congreso, iba a dar el pretexto ideal a la Administración PRO de Sturzenegger para avanzar en proyectos de achique más ambiciosos de los que ya venía implementando. Que iba a ser una justificación para profundizar el perfil de “pobre Banco público” a la hora de incorporar personal o atender las necesidades de los sectores populares, pero siempre bien dispuesto a financiar a las multinacionales o a los funcionarios que se “autopremian” a fin de año.
Un año después, las consecuencias de las políticas de esta patronal están a la vista: más de 200 compañeros/as menos por los retiros voluntarios, nuevos sistemas de evaluación que ocultan viejas intenciones, y miles de iniciativas de “hiperproductividad” que buscan sacarnos el jugo a los laburantes a cualquier costo. Todo esto con el objetivo de darle al Banco público un perfil “comercial” que relegue totalmente su función social hasta hacerla inexistente. A excepción, claro está, de las “bombas de humo” mediáticas, como las notas periodísticas de Sturzenegger fogoneando su candidatura, o la inauguración de una sucursal en el barrio Piletones (sucursal totalmente “cosmética” e inútil sin políticas sociales ni planes de vivienda serios que la acompañen).
No se trata de hechos inesperados. Esta patronal viene avanzando en esa senda desde el año 2008, cuando se hizo del control del Banco, luego de la llegada del PRO a la Jefatura de Gobierno. Los trabajadores hemos resistido con mayor o menor éxito estos avances, pero nunca hemos renunciado a la lucha.
Ha habido, sí, distintos momentos en esta resistencia que ya lleva más de cinco años contra el proyecto privatizador y precarizador. Y el actual es un momento particularmente negativo para los trabajadores y trabajadoras, que desde hace un año nos encontramos totalmente desorganizados y desmovilizados, por mérito exclusivo de la actual CGI. La Lista 8 llegó a la Gremial hablando de “diálogo” y “gestión”: hoy vemos los resultados. Un supuesto diálogo en el cual los trabajadores no tenemos voz ni voto, una derrota atrás de la otra (con “premios aniversarios” para dorar la píldora) y un mar de silencio con olor a complicidad, sólo interrumpido con algún mail “altisonante” de la CGI de vez en cuando, sin ninguna acción concreta (¿En qué quedó el pedido de renuncia del Presidente del Banco? ¿Y el pliego de reclamos que agitaron hace un par de meses, cuando se “acordaron” de recorrer sucursales?)
Esto tampoco es inesperado: la actual CGI se nutre, como se nutrió siempre ese sector político-sindical, de una forma de conducción burocrática e ineficiente. Por eso desde este espacio buscamos construir una alternativa que nos incluya a todos/as.
Para discutir los problemas que vemos y padecemos todos los días en nuestros lugares de trabajo. Para empezar a pensar una Gremial democrática, participativa y representativa, que convoque a elegir delegados de base en todas las dependencias y vuelva a convocar plenarios para organizarnos mejor en la defensa de nuestros derechos.
Para construir este camino juntos, te invitamos al Plenario Abierto de la Lista 10 el próximo sábado 6 de julio, en ATE Capital, Carlos Calvo 1378, a las 17.30 hs.
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